3 Notas del Clarín Sobre María Gabriela Epumer y un Video de YouTube

Lunes 30.06.2003
14:15 | SORPRESA Y DOLOR
Murió la guitarrista María Gabriela Epumer

Tenía 39 años. Las causas de su muerte todavía no están claras. Los médicos que la atendieron dicen que llegó al hospital con un paro cardiorrespiratorio. Era una de las guitarristas de rock más reconocidas del país.

La guitarrista, compositora y cantante María Gabriela Epumer murió este mediodía en el Hospital Francés, a los 39 años de edad. Por el momento no están claras las causas de su muerte. Los médicos que la atendieron en el Hospital Francés dijeron esta tarde que llegó al hospital con un paro cardiorrespiratorio y las tareas de reanimación que se le hicieron no funcionaron.

Los médicos que intentaron reanimar a la artista, calificaron el hecho como «muerte dudosa», y por ello su cuerpo permanecerá hasta las 20 en el hospital. «Las causas son desconocidas para nosotros. Fue sí un paro cardiorrespiratorio y por eso ahora se pide la intervención policial para aclarar el caso», dijo uno de los médicos del hospital, situado en el barrio de San Cristóbal.

«María Gabriela llegó de una gira por la provincia de La Pampa y Mar del Plata con ese cuadro de salud. Fue a hacerse ver y se murió», indicó la madre de la artista, en una nota a la agencia Télam. Según se supo, Epumer habría sufrido problemas respiratorios en los últimos días.

… otras notas al respecto aqui y aqui.

Miércoles 02.07.2003
LA CANTANTE Y GUITARRISTA MURIO DE UN PARO CARDIACO, A LOS 39 AÑOS
Desfile de músicos en el adiós a María Gabriela Epumer

Al velatorio fueron Charly, Spinetta y Fito Páez. En el entierro estaban sus afectos más cercanos.

Los restos de la cantante y guitarrista María Gabriela Epumer, que murió el lunes a los 39 años, fueron enterrados ayer en el cementerio de la Chacarita. El adiós fue acompañado por el dolor de su gente más cercana. En su mayoría, los músicos prefirieron ir al velatorio, que se realizó de madrugada en Villa Crespo.

La muerte de Epumer tomó a sus allegados por sorpresa. La compositora y cantante sufrió un «paro cardiorrespiratorio no traumático, pero dudoso» y en el certificado de defunción, según la agencia Télam, consta que la joven murió debido a una congestión y a un edema pulmonar.

Sin embargo, hay una investigación judicial para establecer las causas y la próxima semana se conocerán los resultados de la autopsia. Al frente de la causa está el juez Julio Corvalán de la Colina y la Fiscalía 4, a cargo de Marcela Sánchez, con la colaboración de personal de la comisaría 20ª de la Policía Federal.

En el velatorio se destacaban Charly García, Luis Alberto Spinetta y Fito Páez —tres grandes del rock nacional—, con los que ella compartió escenario. También estuvieron algunos integrantes de Los Redonditos de Ricota, el músico Fabián Von Quintiero, Sandra Mihanovich y Miguel Zavaleta, el líder del grupo Suéter, quienes se acercaron para acompañar al hermano de la guitarrista, Lito Epumer.

María Gabriela integraba una familia de músicos: sobrina de Celeste Carballo y nieta de Juan Espumer (guitarrista de Agustín Magaldi), estaba orgullosa de su pasado: era descendiente de un cacique ranquel.

En la Chacarita, su cajón fue cubierto por un estandarte regalado por Charly García que llevaba su nombre y el dibujo y mensaje de «Say no more», el clásico distintivo del músico. Con él grabó entre 1994 y 1995 los discos «La hija de la lágrima», «Cassandra Lange» y «Hello», un show «unplugged» realizado en Miami para la cadena MTV, durante una gira por Latinoamérica y los Estados Unidos. Fue su guitarrista durante casi 10 años.

También se destacó por participar en la presentación de «Pelusón of milk», el disco que en 1992 lanzó Spinetta. Es que a pesar de su perfil bajo, María Gabriela tocó con todos los grandes del rock nacional. Acompañó a Fito en los shows en vivo donde estrenó «Corazón clandestino», e integró la banda que formaron Celeste Carballo y Sandra Mihanovich.

Allegados a Epumer dijeron que en los últimos días se venía sintiendo mal y que no había logrado recuperarse de una gripe. También señalaron que por pedido de su novio, Juan Manuel, se había realizado un electrocardiograma y un análisis de sangre, el sábado pasado, cuyos resultados fueron satisfactorios. El lunes murió en el Hospital Francés, adonde llegó con un paro cardíaco, acompañada por su novio y el padre de él. Los intentos por reanimarla fueron en vano.

Epumer arrastraba el estado gripal tras la serie de shows que dio el mes pasado en La Pampa, Tandil y Mar del Plata. Allí fue la última vez que se subió a un escenario: el de Studio Café, el 21 de junio.

La primera vez que tuvo una guitarra en sus manos fue a los 10 años, cuando empezó a tomar clases. Y a los 16 ya comenzó su carrera profesional al ingresar en la banda de María Rosa Yorio (ex de García) y grabar el álbum «Con los ojos cerrados». El 1° de agosto iba a cumplir 40 años. Al borde de esa fecha estaba viviendo un proceso intenso tras la salida de su disco solista. Abocada a la difusión del material que contaba con sus «grandes éxitos», solía decir de este trabajo que «es una buena manera de mostrar de dónde vengo». Atrás habían quedado otros discos suyos: «Señorita Corazón», de 1998, «Perfume», de 2000 y «Pocket Pop», de 2001.

En 1995 conoció al famoso guitarrista Robert Fripp, y tomó con él un seminario que dio lugar a varias presentaciones por la Argentina, junto a Los Gauchos Alemanes. De Fripp —dicen que fue su gurú—

aprendió a conocer el silencio interior, el yoga y la vida sana, además de potenciar su virtuosismo musical.

Domingo 13.07.2003
MUSICA: ENTREVISTA CON CHARLY GARCIA DESPUES DE SU PRIMER SHOW SIN MARIA GABRIELA EPUMER
«Tenía que exorcizar su muerte»

Fue el viernes, en Temperley. Luego de un demoledor recital, habló de Epumer, de su nuevo disco y de los temas que aspira a grabar con Keith Richards.

Guillermo Boerr
Charly sorbió su vaso de whisky y lo estrelló contra el piso. «Esto es de bronca, ustedes saben por qué», le dijo en complicidad a su público antes de arrancar con una demoledora versión de, justamente, Demoliendo hoteles. El «por qué» es el duelo que el músico y todo su entorno guardan por María Gabriela Epumer, la Chipi, la guitarrista histórica de García que murió sorpresivamente el 30 de junio. Usando una remera blanca a la que le había pintado a mano la inscripción «A-1» (así le decía él, y así bautizó ella a su banda) y un corazón al que le había arrancado el centro, Charly evitó el lugar común del repertorio melancólico.

Apenas terminado el show, un García relajado charló a solas con Clarín en el camarín de El Teatro de Temperley.

¿Cómo encaraste el show en esta situación tan particular? Curiosamente, fue una presentación bien rocker, muy al palo.

Yo sabía que iba a ser así. Cuando pasa algo como lo que pasó, con una persona que es mi amiga y mi confidente, no caés del todo. Cuando hice Los dinosaurios, sentí que era la canción para ella. Yo siempre digo «la persona que amas no puede desaparecer». Y de repente caí que sí, puede desaparecer, y decidí que tenía que exorcizar su muerte. Creo que cada vez va a ser peor, porque yo todavía no me doy cuenta del todo. Mirar ese lugar del escenario y que no esté ella es muy fuerte, más allá de lo que, egoístamente a nivel músico, pueda faltarle a la banda. Ella siempre me aconsejaba en los momentos de destemple emocional. Soy consciente de quién soy y del efecto que causo, entonces decidí que lo mejor era portarme correctamente con ella. Como amigo, tenía que hacerle algún homenaje, pero no por boludeces filosóficas: yo no creo que ella me esté mirando desde el cielo. Pero, ojo, puro respeto. Lo mismo viví con Herbert (Vianna) cuando pasó lo del avión. Yo no puedo hacer que ella vuelva a estar acá, pero siento que hay una ligazón espiritual, una dimensión personal que compartimos. En ese punto, sí está viva.

Aunque la idea original de esta gira por el Gran Buenos Aires era adelantar el material de tu próximo disco, casi no tocaste temas nuevos.

No creo que Influencia esté donde tiene que estar. No voy a parar hasta llenar treinta y cuatro Luna Park. Total, hoy por hoy lo llena cualquier boludo.

¿En qué etapa está la grabación del nuevo disco?

Este es el disco que le caga la vida a todo el mundo. Se van a quedar preguntándose «¿Cómo?». Ya hablé con Joe (Blaney) para que lo produzca. Tengo cinco temas grabados, pero sigo perfeccionándolos. A Asesíname lo quiero sacar como un simple, tipo Magical Mystery Tour. El disco empieza con Rehén, una canción que sería como traer la guerra acá. Un tipo secuestra a una mina y ella termina enamorándose de él. El material es tan fuerte… y no puedo terminar el disco en el quinto tema, así que ahora quiero uno como fue Influencia, porque después de Asesíname me cuesta hacer un tema mío. Quiero agarrar un tema de otro para relajarme un poco y seguir.

¿Ya elegiste alguno?

Seguramente va a ser Connection, de Keith Richards (1967, incluído en el disco Between the Buttons, de los Rolling Stones). Total, si Keith Richards va a hacer temas míos…

¿Cómo es eso?

El contacto ya está hecho. Yo soy el único que puede hacerlo: lograr que cantemos los dos un tema mío, él en inglés y yo en castellano, y que suene perfecto. Y nada de intercambio de archivos, ni boludeces de ésas: los dos en el estudio, tipo payada. Lo que pasa es que es muy raro enfrentarte con la gente que vos soñaste de chiquito. Quiero llegar a Keith y encontrarme con el hueso del rock, jugar en primera. No es que no existan Luis Alberto, o Borges, o yo. Pero allá están los Stones, los Beatles, Dylan, así que, ¿de qué estamos hablando?

¿Para cuándo planeás terminar el disco?

Mientras la compañía tenga plata, voy a seguir hasta que pueda (se ríe).

¿No te preocupa sobreproducir el material, al no dejarlo definitivamente concluido?

Cuando las termino, las canciones son las mejores del mundo. Pero ojo que el manoseo es mutuo: la canción tiene que franelearme bastante también.

«… el riff de maria gabriela en «rezo por vos» y su voz en los coros no fueron reemplazados por nada, solo por nuestras voces coreando… la silla en donde se sentaba ella seguia estando donde siempre, pero ahora vacia… charly de vez en cuando miraba hacia ese lugar, sin encontrar la respuesta complice que siempre recibia…

en este recital hubo muchas cosas que me emocionaron… ser el primer show en un lugar grande como el Luna fue impresionante… ver a Gustavo tocando la guitarra y cantando «vampiro» y «pasajera en trance» con charly fue demasiado… los dos tocando solos de guitarra en frente mio, a un par de metros, en medio de la pasarela, con esas luces azules…
pero cuando nadie lo esperaba, comienza «seminare»… la gente cantando afinadisima, tipo coro de iglesia, como nunca habia escuchado… charly primero tocando y cantando hasta donde le permitia su voz, despues solo tocando para escuchar cantar al publico… y finalmente, sentado de frente al publico, olvidandose de su piano… con la gente cantando asi, supongo que se habra acordado de su gran amiga… pero la silla seguia ahi, a un costado, vacia, esperando algun acorde o algun riff que resonara en todo el estadio… quizas ella, este donde este, quiso que esa cancion sonara en el estadio con esa entonacion impresionante, como si estuviese cantando en el microfono y dandole esa voz tan dulce que se suma a cada tema escrito por charly…

esa remera de charly, ese corazon incompleto, nunca lo voy a conocer lleno, solo en videos… la guitarra de maria gabriela, y por sobre todo, su voz va a quedar para siempre, pero nunca mas en vivo… »

Fragmento del comentario al video subido a YouTube por diegomrsnm.